¿SABÍAS QUE...?
El libro está lleno de historias y recuerdos.
Aquí van unas pocas de esas historias de la familia para ir abriendo boca.
Un Prieto encarcelado en Orán.
Uno de los primeros Prieto de los que tenemos constancia fue D. Pablo Prieto de Alfaro Llano y Valdés, vecino de Valdemagaz. Fue soldado de la compañía de caballos de D. Baltasar de Villalba, una de las de la dotación de las Hazas de Oran, desde donde en su abandono y pérdida pasó cautivo a la ciudad de Argel. Regresó en 1714 a la corte y villa de Madrid, para que le ajustasen el sueldo devengado por el tiempo de su cautiverio.
Los niños de la Guerra.
Germán y su hermano pequeño Víctor, hijos de Matilde y Santiago, vivieron una aventura como niños de la Guerra Civil entre 1937 y 1938. En un periplo casi de película, recorrieron solos el norte de España hasta recabar en Cataluña, a un paso de un exilio a Rusia. Ahora es difícil pensar cómo dos niños entre los 12 y los 8 años sobrevivieron a un viaje por mar y tierra, el hambre y los aviones que escupían bombas.
Metidos en harina.
El oficio de panadero está bien documentado en la familia de Santiago García, sobre todo con su madre, apodada “La Chosca”, famosa por vender su producto en los soportales de Astorga, entre los siglos XIX y XX. Rebuscando en documentos antiguos, encontramos a Anastasio Jarrín de la Mata, el abuelo de Matilde Alonso Jarrín, que aparece con el mismo oficio de panadero.
Santiago.
Santiago García Redondo, nacido en 1892, sufrió los dolorosos avatares de la España del siglo XX. Tuvo que hacer la mili en Marruecos: tres años de cocinero para los oficiales, en un periodo convulso con el país africano, con una guerra de por medio. Años después le condenaron a treinta años y un día de prisión. Pasó tres años en la carcel Modelo de Oviedo hasta que en 1941 pudo salir, librándose del fusilamiento por poco, algo que su hermano Esteban no pudo evitar. En un funesto 26 de octubre de 1937, Esteban fue asesinado contra una valla del cementerio de Llanes.